viernes, 29 de octubre de 2010

Carta a una mala barbie.

Hola,

Sí, de nuevo soy yo. Sí, sé que te dije que no te mandaría otro mensaje pero este no es técnicamente un mensaje, es una carta casi, es un escrito para ti. Hay algo de lo que quiero hablarte, algo que sé y que tú sabes y que estuve pensando y que me llenó de cólera ¿sabes? Y seguro no te importa, lo sé, seguro te importa menos que patear un papelito o molestarte en ser cortéz con un cobrador mal educado. Lo sé, pero me fastidia tanto que tenía que escribírtelo para que sepas cuán IDIOTA fuiste. Sí, fijate que me he tomado la licencia de decirte así. Mira que mala soy. JO.

Pero ¿sabes? No me importa decirte así, no me importa nadita, porque cuando actuaste así actuaste como nadie, como una persona muy ingrata, creo yo. Fuiste egoísta, "modelito".

Sí, y ahora me dirás como esa vez "tú no sabes nada" pero no me importa, porque sé esto y porque, por ultimo, existe la libertad de expresión en la constitución y puedo decir lo que quiera, como quiera y las veces que quiera sin difamarte, lo cual haré. No diré directamente lo mucho que te detesté ayer cuando pensaba en lo que te diré, lo mucho que quise buscarte en mi cuaderno escondido, buscar tu número y llamarte, ver si aún contestabas a ese teléfono y reclamarte algo que no me compete pero que me fastidia porque sí, porque soy tonta y porque no entiendo como pudiste decir algo así. Aún no lo comprendo.

Porque se supone que eres una buena persona, una chica maravillosa. Bella.

Quizás alguien se enfade conmigo por esto. Quizás se moleste mucho, frunza tu ceño hasta torcerlo como colinas que avejentarán su rostro juvenil. Se pondrá de tu lado porque te conoce más que yo y porque te quiere. Porque te tiene un aprecio especial y siempre lo tendrá. Pero tampoco me interesa. Allá él que abrió su boca de par en par y dijo lo que no debió decir, yo siempre le he dicho que sea discreto, hasta conmigo. En fin, no estoy enfadada con él, sino contigo, porque fuiste cruel, porque no entiendes el sentido de querer a alguien, no entiendes que amar es compartir. COMPARTIR.

Porque sino, ¿de qué vale amar? Si no das nada nada vas aprender a recibir.

Ya quisiera yo poder decir que he podido pagarle un almuerzo carajo. Ya quisiera yo. Y tú has dicho con zozobra y esa queja que pica la garganta que lo hiciste. Te has quejado. Ya quisiera yo haberle invitado uno. Que cagada contigo. Me irrita tanto, tantísimo saber como puedes quejarte por algo así, como puede ser alguien tan mezquino, siendo la comida algo tan delicioso, que se comparte entre alegrías, entre risas y gente contenta, gente que es feliz. Uno aprende a comer antes que aprende a hacer el amor, es la primera delicia. No puedes quejarte de brindarsela a alguien que amas. NO PUEDES. Y no cabe en mí cómo pudiste tú, linda muñequita, esa chica de "cinturita de abispa" tan hermosa, tan galante, como pudiste caerte así. Como si te tropezaras de tu pasarela.

Seguramente me dirás, es que la han criado así. Bueno, pero mírate.

1 comentario:

Yo dijo...

Probablemente leas esto. Aún no sé. Esta angustia está durando ya más de un día. Esperaba que para hoy se me pasara, pero no ha sucedido así. No sabes de qué hablo; esto se complementa con una carta de mi cuaderno.

Ayer vino Paolo y escuchamos muchas canciones de los 80's y muchas hablaban del amor. Eran hermosas y me hicieron pensar mucho en ti y en el correo de los erizos que me enviaste hace unos días.

Si intento comunicarme por este medio contigo, es porque no quiero agotarte con mensajes de correo, mensajes de texto, llamadas o citas imprevistas.

Antes te hubiera cargoseado para vernos, para hablar, pero he entendido que eso no es lo mejor ante estas situaciones tan raras.

Por lo demás, sé que estás bien, y si no lo estás, lo estarás inmediatamente.

Siempre hay que verle el lado bueno a todo.

Nos vemos...

PD: ¿puedes volver a enviarme tu horario?