Existen los silencios.
Y hoy yo dije cosas y tú dijiste cosas. Y ahora no sé que sucederá. Porque siempre suede algo, o al menos siempre hay eso de causa-efecto en la vida, eso dice mi mamá. Y ahora estoy esperando el efecto, estoy esperando que algo suceda porque al menos sé que yo no haré nada porque ya hice todo lo que pude hacer y dije todo lo que pude decir. Quizas hasta dije más de lo que debí y dije todo mal porque siempre dijo las cosas de forma muy enredada y se me traba la lengua y me pongo nerviosa, pero... No sé, ya lo dije y no puedo volver a trás.
Y esta bien. Porque todo sucede por algo, porque me has pedido que me cuide y te haré caso, me cuidaré.
Siento tristeza, una cosa que me ahueca el estómago, luego un costado y luego más arriba, y luego todo es un hueco. Me da tanta tristeza haberte dejado ir solo, no haber volteado a verte. Pero quizás hubiera sido peor, porque ambos -o solo yo- estabamos sensibles y ninguno sabe ya porque esta donde está.
Sabemos que nos queremos, pero ¿Te conozco? No más que cualquiera de ellas. No, incluso menos.
Que tristeza, ¡que tristeza! Porque te quiero, te quiero tanto que a veces, cuando no lo pienso, cuando... Cuando algo raro pasa en mi cabeza , una conección que extralimita mis sentidos, te amo. Eres el no-extraño más fantástico que he tenido el placer de no conocer.
Y quiero saber que pasará, que efecto sucederá, y tengo miedo, y estoy nerviosa y sé que esto puede llegar a su 'capff!' Pero, no sé, soy tonta. Estoy pensando mucho, y estoy triste. Y voy a colgar esto porque no sé que hacer con todo lo que he escrito y con toda esta mezcla de cosas que siento, con todo lo que eres para mí en este instante preciso. Me atarantas de la manera más inteligente y curiosa posible. ¿Lo sabes? No, no lo sabes, y seguro tampoco lo crees. Bueno, que bueno.
Espero que nunca leas este post.
No hay comentarios:
Publicar un comentario