En voz baja

Cuando hace lo que no debe hacer y entra donde no debe entrar, pasa por los pasillos imaginarios de la mente y el espacio. Los píxeles se acomodan, dan la imagen, palabras y ella solo mira. Se da cuenta que nada ha cambiado, que nunca existirá un final. Mentiras.

Entonces ella se despeina un poco, se rasca la nuca y busca fijar sus ojos cristal en otro lado, se imagina de nuevo, quiere soñar que todo ha pasado y que de verdad "lo ha superado" pero se recuerda que cosas así no se superan. No, no lo hacen. Al menos, no como ella quisiera que se pudiese, porque ambos se mienten y ella solo mira como son unos tontos, "si unos tontos", y se ilusiona pensando que llegará el día, pero no llegará. Nunca lo hará.

Papeles, cajones, mutismo, suspiros.

Recuerda multiples veces y mira callada el negro, el oscuro que divulgan estas letrillas tristonas. Es curioso que la única luz justamente transmita eso, aquello que ella piensa en silencio y que no dice o que dice pero no con la intensidad suficiente, porque sino lloraría. Cuán terrible.

De pronto, se pone de pie. Es sorpresivo pero quiere moverse, nunca imagino que todo fuera tan difícil y ahora que todo late rosado o rojo -sí, rojo-, lo ve. Ya no quiere aquello que en algún momento añoró, quiere que todo sea como debe ser; alejarse, correr. Sabe que no debe estar ahí, no donde está. Sí, le cree a aquella sombra que le pone triste. Y la luz es tan fuerte...

Llegó el momento, pues, de darle tiempo al tiempo
para que puedas reflexionar
y si mañana fuera tarde para eso,
pues seré un juego nada más.
Ya lo vez

Y todo es tan claro; y la luz, el pasillo, las mentiras; y las lagrimas son tantas y pesan, queman, duelen; y los pixeles vibran sin alejarse, rebotan en su cabeza, y se recuerda que ella siempre supo que todo iba a terminar así.

Es que ambos son tontos porque no se dan cuenta, pero yo soy mas tonta aún porque soñé.