miércoles, 7 de octubre de 2009

Tengo que decirte...

Voy a ser tan honesta como mi forma de ser lo permite y de la manera más clara buscando la objetividad de la que normalmente rehuyo. Antes que lo leas -porque siempre me lees- entiende eso y velo desde mi perspectiva y desde la idea de que este es un diario-blog donde digo lo que TENGO QUE decir.

También toma en cuenta que te quiero.

Pero debo comenzar a quererme a mí.

La vez pasada te dije que no esperaba que conocerte trajera consigo todo esto, todo este cariño, toda esta amistad, todas las tardes largas y todos los abrazos... Todos los besos. Sin embargo, así lo hizo. No imagine siquiera que yo, la "chica de cabello corto" y el "bubón" terminaran siendo amigos, es más, llegaran a un punto que su relación no tuviera nombre. Y ojala que nunca lo tenga.

Pero todo esto - tan tan agradable- como todo lo lindo, tiene un lado que... bueno, no es tan lindo y solamente me incluye porque yo soy quien ha visto ese lado y quien lo percibe. Me alegra que no lo percibas tú porque eso sería incómodo.

Alego al alejamiento necesario, aquel que yo misma condené pero que ahora pido presencia porque yo misma no puedo con esto. Ya no puedo controlar esta cosa que siento y que NO DEBO SENTIR.

No te exigiré te alejes, solo te lo pido. No me siento con la suficiente rudeza como para someter a alguien como tú a algo que tanto repudia alguien como yo. No seguiría la ética que yo misma he creado para mi desarrollo, aunque el que mencione siquiera esa opción ya signifique un error en contra de la misma.

Nada puedo hacer, nada.

No hay comentarios: