Post 50

Me estoy ahogando, a-ayuda...


Llegué al fondo, a la negrura espesa de la ilusión quebrada, a un vacío cincundante, lejano, doloroso. Noto la realidad y siendo una penetración dura en mi costado, la sangre imaginaria, la yaga inexistente, todas laten, laten desenfrenadamente como si el mal que sufro temporalmente no tuviera fin.

Y la verdad, cuan horrible.

No soy lo que creía que era, no para quién yo más quería ser. No soy lo que me dijo que era, quizas nunca lo seré. No soy mas que un tiempo extra en su vida, un pedazo que recordará tanto o menos de lo que espero. No soy parte de él, soy parte de su nada.

En mis pies siento el frío, el hielo quemante que encoje los dedos estirados y los quema, los absorve, los mata. Busco arriba mío alguna señal de salida, pero el hondo hoyo en el que yace mi corpóreo no parece terner fin, nada parece tener fin. Aunque este momento tan sórdido y cruel debe... Porque tiene que tenerlo ¿verdad?

Giro desesperada la cabeza, busco con la mirada inmóvil, busco en lo visible y en lo invisible, algo que me permita resistir toda esta entraña de mierda en la que me he sumergido, busco algo que me alcance para alzarme de torso siquiera y sin la gracilidad de nadie, de nada ni de lo existente, pueda respirar el aire fresco, traslúcido, limpiador.

Quiero soñar que por un momento fui alguien, fue algo, fui importante. Fui sustancial en su vida, fui sublime. Fui yo a quién llamo y con quién el también pensó, quiero abrigarme con la idea de esta afuera, con los brazos abiertos, la sonrisa ensanchada y mi nombre en sus gloriosos labios. Y quizas luego llorar.

Quiero alejarme, salir y mentir.