Nunca he estado totalmente sola.
Quizas, en el fondo, temo estarlo, pero creo que hay ocasiones en las cuales me gustaría ser yo y solo yo, donde solo estan mis problemas, mis alegrías, mis alergías, mi propio cuerpo abrazándose a sí mismo, sin el calor ajeno y rosado de mis padres, mi hermano, mis amigas o amigos o mi chico ¡Incluso de Oro! Como dije, solo y únicamente yo.
Claro, no con ello quiero excluirlos totalmente de mi vida, porque les estimo considerablemente, y ocasiones, en diagonal sin importar la negrura o confusión que me generen. Son lindas personas con lindas sonrisas y pensamientos curiosos. Son buena gente.
En fin, conforme he crecido he aprendido a apreciar esos momentos en los que Claudia esta sola y es solamente Claudia, son pocos, sí, no porque ande rodeada de un montón de gente y sea recontra amiguera o sociable, etc -por lo contrario, suelo ser tímida-sino porque el ser humano es un ser sociable y es innevitable -creo yo- que, en su alrededor, cohabite con otros seres de su especie u otros seres vivos (en estos incluyo a los animales que son con los que más me relaciono) Pocas veces son las que he tenido la oportunidad de darme cuenta que mi soledad es buena, es sana y que me gusta, que me permite conocerme; es más, estoy segura que muchas personas allegadas a mí me conocen mejor que yo por el simple hecho que, antes de conocerme, se supieron bien a ellos mismos.
Y eso me falta a mí: Claudia no sabe quién es Claudia
So let's sink another drink
'Cause it'll give me time to think
If I had the chance
I'd ask the world to dance
And I'll be dancing with myself
Hace unos días escuché esta canción, Diego acababa de salir a verse con sus amigos y yo estaba sola, ¡realmente no había nadie en la casa! Tarde unos minutos en darme cuenta y pausé la reproducción, miré a mi alrededor, busque a Oro, a mi mamá, a mi tata. No, nadie estaba. Entonces, quizás de una manera egoísta, fui feliz, dirigí la ista hacia un espejo que estaba en el camino y me sonreí, yo estaba conmigo, yo entendía un poquito de mí.
En ese momento, me paré y bailé. Celebré que en ese instante Claudia era solamente Claudia consigo misma, y era lo mejor que podía pasarme.
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