Caminando te conocí
Alejado, ajeno.
Distraída, mirando un mundo incomprencible
Te encontré.
Mirabas con experiencia,
Mirabas con todo aquello que me faltaba,
Mirabas sin mi inocencia.
Entre una nube grisásea,
Los surcos de tu mente
Las lagunas amplias de tus ojos
Contaban el inicio y el final.
Lo sabías todo y a la vez, nada.
Eras el impredecible,
El inalcanzable.
Y yo no lo entendía
No me rendí,
No, nunca me rendí ante ti
Porque siempre supe que valdría la pena.
Si las lágrimas salieron
No importa,
Son solo lágrimas
Pedacitos de momentos,
Cristales de sensaciones
Encapsuladas como recuerdos
En una memoria de colores
Si las sonrisas florecieron
Nacieron gestantes entre lirios,
Entre verdades insospechadas,
Entre el brillo tornasoleado de tu ser
No importa,
Son solo sonrisas.
Habrán miles mas.
Si los gritos encendieron
Con volúmenes inverosímeles,
Con intensidades y sentimientos
Cargados como una bala
Dispuesta y valiente
A inyectarse en el corazón del prójimo
De ti o de mí
No importa,
Siempre podré callar,
Desembarazarme de mi cuerpo
Y huir al tuyo
Por ti.
Y todo valió la pena.
Quién etéreo fue
Etéreo regresa
Sutilmente me abraza
Y lentamente se aleja
Porque eres inalcanzable,
Eres impredecible
Cuando, entre mi corporeo imaginario,
Te tuve en secreto
Hasta que tus experiencias e ilusiones
Se disfuminaron en una despedida triste
Y una promesa sostenida
"Por ti, volveré".
Caminando bajo la lluvia
Del último beso, de finito adiós,
Encontraré tu mirada extraordinaria
Que se cruzará la mía,
Sin la ingenuidad de un ayer
Y con la omnipresencia de un pasado real.
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