A veces me gustaría que me contestes el teléfono, pero no lo digo, porque pienso no, debe tener otras cosas que hacer. Aunque quizás, cargar un celular no algo tan difícil. A mí, que me la paso cargando el celular de mi mamá, de mi papá y el mío, no me resulta tan difícil, considerando que todos tenemos el mismo cargador.
Y que solo dos -o incluso uno- funcionan. Pff.
Pienso que quizás es propio de que se te chispotea y bueno, eres distraido querido, que se puede hacer. Entonces solo te doy unas palmaditas en la espalda con la mano extendida y lo dejamos pasar. Mientras trato de tragar la cólera que tuve hace un rato cuando pensaba porque diablos no me contestaste no porque quiera saber donde estasbas. No, no, no. Esa parte en realidad no me importa mucho, sino porque sentí que podría verte y llenarme de esa dicha que implicarte darte un besito.
Siiii.
Y es que yo me ilusiono muy facil. Demonios. Y aunque trato de sacar esa anomalía de mi cuerpo, es un poco difícil desterrar algo que me ha acompañado tanto tiempo. Y que se estruja cuando la vocesita de una mujer me dice que hable tras el beep, y no cerca a tu oído.
No hay comentarios:
Publicar un comentario