Cuando él toca mi guitarra

Desde el Jueves que te fuiste sigue ahí, calma y descanza en el sillón, donde en algún momento tú estuviste sentado y me miraste, correteando siguiendo las órdenes de mi mamá irritada porque iba tarde a sus clases.

Sigue ahí envuelta aún con el sonido de las notas que dejaste, que clavaste en ella con aquella agilidad que me estremece de la forma mas inocente y me permite sentarme a tu lado a solo escucharte, a veces cerrar los ojos, sorprenderme de lo que eres capáz.

Cada fin del día la veo, y pienso en que quizá debería moverla "en pos del orden de mi casa" pero no lo hago, porque en pos de mi propio orden quiero pensar en ella aun descanza la idea de ti, que estas ahí, sentado con ella en tus piernas y que en algún momento voltearé y te veré, me sonreirás y me dirás "¿qué quieres que toque?" yo no sabré que decir, y comenzarás a componer de esa manera que me encandila.

¡No! ¡No la moveré! Porque quiero seguir con esa ilusión, quiero seguir soñando que apareceras, que me pediras que me siente a tu lado y te escucharé, te escucharé largamente.

Y le darás ese nuevo significado que tiene mi guitarra "bastante desafinada y con el mastil ligeramente arquereado" como la diagnosticaste la última vez. Quiero que se mantenga dormida ahí, para que puedas regresar y seguir diagnosticándola, tocándola, creándo con ella, ¡Miles de cosas!

Porque ahora ella tiene un significado, ya no es sólo la vieja guitarra de mi mamá ¡no, no lo es! Ahora es nuestra guitarra, aquella que me encanta traerte cuando vienes a mi casa y con la que llenas de melodías mi hogar, con la que introduces armonía en los oídos de mi familia que te piden -¡OH mi mamá!- "tócate una completa" y se sonríen con la boca, con la mirada y con las mejillas.

Chomp

Así quiero ponerle a mi guitarra, sí, así quiero, porque es lo justo pornerle ese nombre, pornerle el nombre de la persona que la maneja, que le da la vida y que le ha dado el valor y anhelo en mi pequeña existencia, luego de años en un rincón de mi cuarto. Sí, Chomp... Ese es su nombre.


Gracias por darle un rallito tornasol de tu belleza exquisita a mi guitarra.