Para Chomp, De Chocolate

Umn... Chocolates.

Es una facinación especial que comparto con un amigo, las golosinas y esas cosas, ese gusto sublime de pasearlas en la boca mientras piensas que comprarte otra porque ya se acabó.

Finito.

Esta semana me he sometido -porque sí, es un sometimiento en todos los sentidos de la palabra- a no comer esos dulces que tanto me encantan porque se avecina un día bonito, especial y como todas las cosas bonitas y especiales significan un sacrificio, ese será el mío y el de mi amigo.

Porque claro, no seré la única a sufrir una abstinencia como esta. Se necesita de un apoyo, aunque sea moral, para terminar esta labor limpia de todo lo que estaba acostumbrada y -ciertamente- con más moneditas rondando mis bolsillos.

Bueno, me explayaré un poco más porque esto lo amerita. ¿Por qué ayuno golosinas? ¿Qué motivos son lo suficientemente importantes y poseen tal poder omnipresente que no me permiten flaquear siquiera un poquito?

San Antonio a las 6:30, PUNTUAL.

Con un terno vistiendo su cuerpo alto y su cabello suelto al aire, caminará tan torpe como grácil hacia mí, mi amigo -gran gran amigo-. Envuelto en una camisa coqueta y con esa sonrisa de lado que me atonta un poco, lo veré en un cita.

Sí, C-I-T-A.

Claro, obviamente siendo él tan particular esta cita es fuera de serie. El romanticismo puede asomarse quizas por la ropa elegante, pero no más. La amistad SIEMPRE se respirará en el ambiente. Una cita de amigos, porque esas cosas también suceden.

Postres será el plato principal y el último en asomarse también. Quizas un emparedado en algún momento, pero centro -y motivo- de esta interesante reunión es el dulce que aparecerá en los platos, tan bello y desbordante como el sol en primavera. JA!

OHHH Me he enamorado de las golosinas, somos amantes

Cada uno pagará su consumo y llegará por sus medios, la charla es una indicación que no hace falta recordar, habrá una de esas conversaciones largas en las que te emocionas y miras al otro pensando en lo lindo que es conocerle. Momentos de sentimentalismo amical. Un beso en la mejilla y un halago cortísimo -y sarcástico- por la ropa. Una entrada casual y una salida extraordinaria, dejaremos huella en ese local. Nos taturemos una huella uno al otro.

"That girl is a genius"

Y la semana sin golosinas habrá valido la pena, cada día, hora, minuto o segundo cobrará magicamente un sentido precioso y las risas aparecerán burbujeantes entre él, los postres y yo. La voluntad inexistente tomará presencia y será agradecida, al igual que la conciencia y -por supuesto- la amistad.

Ahora solo es necesario esperar que pase el tiempo de que deba pasar hasta esa cita: cuatro días. Y se verá recompensada todo este actual vía crusis donde mi cuerpo anhela el chocolate que no puedo darle y me duermo en las clases por baja de azúcar (lo cual, ciertamente, no es taan malo).

Cruzaré los dedos y me pondré feliz escuchando las monedidas en mi bolsillo vibrar ante el movimiento.

Falta poco, muy poco.